Cada uno reacciona diferente frente a las adversidades. Algunos superan los obstáculos y sacan provecho de ellos, mientras que otros se quedan estancados y enredados. Frente a panoramas laborales complejos, como el desempleo o la insatisfacción, muchas veces la tendencia es una actitud quejosa, pesimista y desesperanzada. Así muchas personas se ubican en una posición pasiva en la cual cualquier cambio pareciera depender de otro. Aquellos que logran recuperarse fácilmente, que aprenden de los problemas y mantienen un espíritu positivo frente a las adversidades se los considera resilientes.
El concepto de resiliencia hace referencia a la capacidad de afrontar situaciones adversas y salir de ellas fortalecido e incluso modificado. Una respuesta resiliente es la que acepta y asume la realidad y actúa sobre ella sin negarla, ni omitir la responsabilidad; que puede desarrollar determinas competencias como autoconfianza, flexibilidad, perseverancia, optimismo y orientación al logro.
En la actualidad los espacios de trabajo suponen una gran carga de tensión y en Argentina hay cada vez más empresas que capacitan a sus empleados en el perfeccionamiento de la resiliencia, ya que fomenta que todos se superen día a día, no sólo en las competencias técnicas sino en lo emocional para mejorar el clima laboral y enfrentar cualquier crisis o cambio importante que pudiese surgir.
Fomentar la capacidad de ser resilientes en el trabajo implica atravesar los desafíos con la mayor naturalidad posible, mantener el buen nivel de relaciones interpersonales, la calidad de vida en el trabajo, el desempeño y la productividad. Para eso se busca favorecer los contactos cara a cara entre empleados de manera no conflictiva, se aplican políticas claras consensuadas entre todos, se incentiva la cooperación y la buena convivencia, se fomenta el aprendizaje mutuo de dar y recibir apoyo, y se ponen metas realistas para desarrollar la autoestima de los empleados.
Todas las personas tienen la capacidad de lograr buenos resultados y más aún si se concibe la resiliencia como herramienta aplicada al ámbito laboral más que como concepto. Para eso hay que reconocer que otorga una ventaja competitiva al grupo de trabajo para atravesar situaciones que generan frustración y resistencia de manera positiva, convirtiendo a cada momento difícil en una oportunidad de crecimiento
FUENTE: AMIA