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Presión fiscal descontrolada: provincias y municipios siguen subiendo tasas e impuestos

Desde 2010, el 62,5% de las provincias subió Ingresos Brutos al comercio y la industria. Las subas llegan al 80%. Las que no modificaron la tasa general, quitaron exenciones, recortaron beneficios o subieron alícuotas graduando tasas. También los municipios, donde en cada uno hay más de 20 tasas distintas, están subiendo alícuotas y sumando nuevos tributos que se superponen entre sí y con tributos provinciales.La presión fiscal sobre las empresas crece descontroladamente en todo el país. Frente a las dificultades para financiar sus gastos corrientes, provincias y municipios vienen subiendo abusivamente las alícuotas que gravan a las pequeñas y medianas empresas.
Un relevamiento realizado por CAME en las 24 jurisdicciones y 100 municipios del país, revela una realidad preocupante: desde 2010, y sobre todo a partir de 2012, la presión fiscal a las PyMES aumentó por todos los frentes y hoy se lleva hasta 60% de sus márgenes brutos. Por ejemplo:

  • Entre 2010 y 2014, todas las provincias subieron la alícuota de Ingresos Brutos (IB), ya sea en algún sector u otro, y eliminaron exenciones a muchísimas actividades. En la industria, por ejemplo, son muy pocas las jurisdicciones que aún la eximen de ese tributo.
  • En el caso del comercio minorista, desde 2010 hubo 15 provincias que aplicaron subas de entre 16% y 80% en la tasa general. A su vez, en 12 jurisdicciones la tasa de IB a esa actividad ya se ubica por encima del 3,5%, y hay 4 que ya la tienen arriba del 4%.
  • La tasa promedio conjunta con que provincias y municipios gravan las ventas del comercio subió a 3,9% en 2014, y en Entre Ríos y Misiones la presión supera al 5%.
  • Misiones es la jurisdicción de mayor tasa de Ingresos Brutos provincial al comercio (4,5%), yEntre Ríos y Tucumán son las de mayor tasa municipal sobre las ventas (1,25% y 1,53%).
  • En el ámbito municipal, hay un abuso de tasas y contribuciones. En cada ciudad se detectó un promedio de 20 tributos diferentes, y todas aplicaron algún tipo de aumento o incorporaron nuevas tasas que se superponen entre ellas o con los impuestos provinciales.
  • En 48 de las 100 ciudades relevadas, directa o indirectamente se ajustaron las alícuotas que gravan a la industria y al comercio. El resto subió los montos mínimos (en muchos casos por encima de la inflación), aplicó adicionales o incrementó otros tributos.
  • La tasa promedio municipal en el país se ubica en 0,6%, pero en Entre RíosTucumánSalta yBuenos Aires superan al 1%. A eso hay que sumarle otros gravámenes locales, que también han ido en aumento, como derecho de publicidad y propaganda, derecho por uso de espacios públicos, tasa inmobiliaria, derecho de emisión de boletas, o mismo el impuesto automotor, que también representa un costo para muchas PyMES.
  • Los 100 municipios relevados gravan con la tasa de Registro, Seguridad e Higiene a las actividades económicas (la tasa puede tener otro nombre). Pero en 76 ciudades se detectó que esa tasa grava las ventas brutas, generando la misma distorsión que el IB.
  • En todas las jurisdicciones se identificó alguna forma de subir la presión fiscal: creación de nuevos tributos, cobros de adicionales, graduación de tasas con subas en determinados rangos, menores beneficios por pago a término, nuevas tipificaciones de multas y multiplicación de los montos, subas de los montos mínimos por encima de la inflación, o desactualización en los topes para beneficiarse con determinadas bonificaciones.

Subas de mayor impacto en las PyMES: aumentos visibles e invisibles

En los últimos 4 años, todas las provincias subieron Ingresos Brutos en algún sector u otro. Algunas fueron subas visibles, con aumentos de tasas, y otras subas más encubiertas donde se gradúan tasas según facturación. En el caso del comercio, 15 de las 24 jurisdicciones aplicaron aumentos claros de hasta 80% en la tasa general. Las mayores subas ocurrieron en MisionesEntre Ríos,Tierra del FuegoMendoza, Tucumán Neuquén

Si bien los aumentos en la presión fiscal están ocurriendo en la mayoría de los impuestos que gravan a las PyMES, uno de los que más afecta a esas empresas es Ingresos Brutos (IB), que explica el 75% de los ingresos provinciales propios. Por eso, suele ser el tributo que primero se retoca cuando las provincias necesitan fondos.

Un análisis meticuloso revela que desde 2010 todas las provincias vienen avanzando sobre ese impuesto. Algunas son más cuidadosas en preservar a las empresas más chicas o ciertas actividades más sensibles. Pero mientras esos cuidados son cada vez menores, en otras las subas son agresivas y abusivas. Algunos ejemplos:

En Misiones, las alícuotas de IB subieron 80% en 4 años. El último aumento fue en enero pasado, cuando se dispuso una suba de 0,5% en la producción y comercialización entre responsables inscriptos y de 0,6% en las realizadas con consumidores finales. Así, un comercio minorista que vende al público hoy tributa 4,5%, mientras que una industria paga 3,5% si vende a responsables inscriptos y 4,5% si la venta es final. La provincia denominó a esa suba como ‘adecuación de alícuotas’ pero las tasas de Misiones subieron entre 1,5 y 2 puntos desde 2010, y hoy es una de las jurisdicciones que más grava la venta bruta.

En Entre Ríos, el año 2014 sorprendió con una suba de hasta 33,3% en la tasa general de IB al comercio y la eliminación de exenciones a la industria local, que pasaron a pagar 1%. Así, los pequeños y medianos comercios, definidos como tales por el Ministerio de Producción de la provincia, pasaron de pagar 3% a 4% y el resto, de 3,5% a 4,5%. Pero con una salvedad: la tasa de 4% abarca solo a empresas con una facturación anual menor a $35,8 millones, y el resto (que incluye a muchas PyMES) paga 4,5%.

En Tierra del Fuego, la tasa que grava al comercio subió 33,3% en el período analizado y la que grava a la industria 66,6%. La industria paga actualmente una tasa general de 1,5% y el comercio mayorista y minorista de 3%. Pero a partir de enero de 2013 se estableció una alícuota adicional de 1% para todas las actividades gravadas por ese impuesto para financiar el “Fondo de Financiamiento de servicios Sociales” destinado a solventar gastos en salud y educación, llevando así la tasa real a 4% en el caso del comercio y 2,5% en la industria.

En Mendoza se aplicaron diversas alzas de tasas, acumulando un aumento de 33,3% en la presión fiscal ejercida por ese tributo en el caso del comercio minorista y de hasta 100% en la industria. Entre las más significativas, en 2012, se duplicó la alícuota general a la industria manufacturera, que pasó de 1,5% a 3%, y se gravó con 1% un conjunto de actividades industriales que estaban exentas. Si bien se establecieron algunas excepciones y condiciones para obtener un beneficio de hasta 50%, la nueva regla en materia tributaria pasó a ser la tasa más alta. A su vez, subió de 3,5% a 4% la alícuota general de la venta mayorista y de 3% a 3,5% la tasa por venta minorista. Para las empresas que facturan más de $15 millones al año, que hoy con ese monto son pequeñas, la tasa salta a 4% en el caso del comercio minorista y 4,5% en la venta mayorista. Pero eso no es todo. En la normativa de 2014 para la provincia, se dispone que las industrias que facturan más de $50 millones anuales tributen el 5%. Y en el caso del comercio (mayorista y minorista), las tasas quedan graduadas en: 3,5% empresas con ventas anuales menores a $15 millones; 4% con ventas entre $15 y $30 millones; 4,25% con ventas entre $30 y $50 millones; y 4,5% más de $50 millones.

En Tucumán, en marzo de 2011 se elevó 40% las alícuotas para el comercio, la construcción y otros servicios, que pasaron de 2,5% a 3,5%. Y en 2013 fue el turno de las actividades de producción primaria donde se incrementó 114% la alícuota (de 1,4% a 3%), y de la industria, donde más de 400 actividades se vieron afectadas por un alza de 94,4% en la tasa que pasó de 1,8% a 3,5%.

En Neuquén, la alícuota de IB entre 2010 y 2014 subió 50%, de 2% a 3,0% tanto en la industria como en el comercio. A su vez, por ejemplo, en 2013 se había incrementado de 3% a 5% la alícuota para servicios mayoristas y minoristas de agencias de viajes, y servicios complementarios de apoyo turístico.
En Santa Fe, el IB subió de 3% a 3,5% en 2012 y a partir de 2014 se lo llevó a 3,6%. Si bien el aumento de este año es muy suave, se estima que implicará una transferencia de $80 millones desde las PyMES a la provincia.

En Provincia de Buenos Aires, se subieron las alícuotas en 2012. En el comercio mayorista y minorista, sólo quedaron sin cambios las tasas para los pequeños contribuyentes que facturan menos de $1 millón. En cambio, subieron de 3% a 3,5% para los que facturan entre $1 y $40 millones, y de 4,5% a 5% para los que superan el límite de $40 millones. En 2013, en tanto, se afectaron las tasas de la industria en algunos rangos. Si bien quedaron exentas las industrias que facturan menos de $40 millones al año, se aplicó una tasa de 0,5% para las que facturan entre $40 y $60 millones, y para las que facturan más de $60 millones la alícuota subió de 1% a 1,75%.

En Río Negro, donde la alícuota general era de 3% hasta 2012, en 2013 se establecieron escalas con una tasa de 3,5% para quienes tienen ventas anuales mayores a $30 millones, alcanzando así a muchos pequeños comercios y a todo el universo de medianos comercios. En 2014 se amplió 20% ese rango, a $36 millones, pero se subió a 3,8% a empresas con una facturación mayor a $100 millones, alcanzando a algunos medianos comercios.

En Jujuy, desde enero de 2013 la alícuota subió de 2,5% a 3% la tasa de IB para el comercio mayorista y minorista, y la prestación y obras y servicios. Pero, además, para aquellos contribuyentes con ventas brutas mayores a $30 millones al año, la tasa aumentó a 3,5%.

Provincias con aumentos menos visibles en la presión fiscal por IB

Muchas jurisdicciones aplicaron subas de impuestos menos visibles, graduando las tasas según la facturación. Por lo menos la mitad de las jurisdicciones del país aplican tasas graduadas y eso les otorga mayor margen para realizar subas sutiles en la presión fiscal, ya que actualizan los límites entre categorías con retraso, llevando así a que más empresas paguen la tasa más alta. Por caso, una de las pocas provincias con graduación de tasas que ha ido ajustando los topes en sintonía con la inflación, es Córdoba.

En la Ciudad de Buenos Aires, si bien en los últimos 4 años no se modificó la alícuota general de 3% para las categorías más bajas del comercio, sí se subió la alícuota para las superiores y se modificaron los límites por debajo de la inflación. Así, si en 2011 un comercio con ventas anuales mayores a $30 millones pagaba 3,75% y 4% si superaba los $40 millones, 4 años después, con una inflación acumulada de 100%, se dispuso que los comercios con una facturación mayor a $43 millones tributen el 4%. Para dimensionar la desactualización de los límites: una empresa que factura $43 millones en 2014, equivale a una facturación de $20 millones en 2011. Es decir, la demarcación actual equivale a que en 2011 una empresa de $20 millones pagaba la tasa de 4%. Sin dudas, una suba menos visibles muy importante.

En Catamarca, desde 2010 se dispuso un incremento adicional del 30% aplicable a los contribuyentes cuyos ingresos brutos mensuales para el total del país superen los $5 millones. Además, en 2014 se dispusieron algunas subas aisladas. Por ejemplo, subió de 2,5% a 3% la venta minorista de flores, plantas naturales y artificiales, y toda la venta en viveros. También subió de 3% a 5% la tasa aplicada a la venta de determinados vehículos.

En San Luis, los contribuyentes que facturan menos de $4 millones al año pueden acceder a una bonificación de la alícuota de IB, de 0,3% en la industria (la tasa baja de 1,8% a 1,5%) y de entre 0,5% y 0,7% en el comercio (la tasa baja de 3% a 2,5% para algunos rubros y de 4,2% a 3,5% en otros). Pero desde 2012 la actualización de ese monto no condice con el aumento de los precios, con lo cual, cada vez son menos los que pueden lograr la reducción.

Presión fiscal de provincias y municipios: el caso del comercio minorista

Las PyMES de Entre RíosMisionesTucumán y Salta son las que pagan más impuestos a las ventas. La Rioja y La Pampa, las que menos. La alícuota general promedio de Ingresos Brutos que aplican las provincias al comercio minorista es de 3,3% en 2014, mientras que la tasa promedio que aplican los municipios, en su mayoría gravando también ventas, es de 0,6%. Así, la presión promedio sobre ventas al comercio minorista en 2014 es de 3,91%.

No hay una provincia que pueda categorizarse como de mayor presión fiscal del país. Porque la magnitud de la carga tributaria que aplican varía ampliamente entre sectores económicos, o entre tamaños de empresas. De esta manera, algunas provincias pueden gravar fuertemente una actividad y en menor medida otra, o gravar fuertemente a las firmas medianas y poco a las pequeñas.

Analizando al comercio minorista (donde también hay provincias y municipios que establecen diferentes alícuotas entre rubros), se observa que las empresas de Entre Ríos tienen la mayor carga fiscal sobre sus ventas. Sumando las tasas de Ingresos Brutos provincial y la tasa municipal promedio que aplican las ciudades de la provincia sobre el comercio, la presión conjunta en Entre Ríosasciende al 5,53%. Esa provincia se destaca por dos factores: tiene la segunda tasa general de IB más alta del país aplicada al comercio, y las ciudades de la provincia lideran el ranking entre las que más gravan a la actividad económica.

La segunda provincia con mayor presión fiscal consolidada sobre las ventas brutas del comercio minorista es Misiones: tiene la mayor carga de IB del país sobre ventas finales, 4,5%, y sus ciudades aplican una tasa promedio de 0,77%, dejando una presión consolidada de 5,27%.

Otras provincias donde las ventas brutas del sector minorista están agresivamente gravadas son:Tucumán, Salta, CórdobaMendoza, y Provincia de Buenos Aires.

En Tucumán, la tasa conjunta entre provincia y municipios al comercio es de 4,75%. Las ciudades deTucumán son después de las de Entre Ríos las que más gravan al comercio con un promedio de 1,25% que además, se ha incrementado en los últimos años. Pero a diferencia de Entre Ríos, la tasa municipal, tienen menos impacto sobre otras actividades económicas como la industria, donde la tasa promedio se reduce a 0,6%.

En Salta, la tasa de IB es de 3,6% ubicándose por encima del promedio país, y la tasa que aplican las ciudades de la provincia al comercio local promedia el 1,1% para este año, siendo la tercera provincia con mayor carga en el ámbito municipal. Así, la presión consolidada en Salta es de 4,7%, apenas por debajo de Tucumán.

En Córdoba, la tasa consolidada asciende a 4,66% con una carga de 4% en el IB provincial y de 0,66% en la tasa promedio que aplican las ciudades de esa jurisdicción. En el caso del IB provincial, si bien hay una bonificación de 30% en la tasa para las empresas más pequeñas, eso alcanza sólo a las que facturan por debajo de los $2.340.000 al año, es decir, $195 mil al mes, un monto que no cubre el universo completo de las micro empresas de la provincia.

En Mendoza, la presión consolidada de provincia y municipio sobre el comercio minorista es de 4,58% este año, con una tasa de IB de 4% y una alícuota promedio en las ciudades de la provincia de 0,58%.

Otros aumentos detectados en las provincias

La presión fiscal no solo sube porque aumentan las tasas generales. Cada año las normativas provinciales traen sorpresas. Rubros aislados donde la tasa sube por encima de otros, mayor presión extraterritorial, nuevos impuestos, eliminación de exenciones, recortes de beneficios, son algunas de las modalidades que se vienen usando para incrementar la presión fiscal sobre las PyMES silenciosamente. Algunos ejemplos seleccionados son:

Sellos en la Provincia de Buenos Aires: en 2014 se incrementó 26,6% la alícuota del impuesto a los sellos, de 0,75% a 0,95%, para un conjunto de operaciones de compraventa entre las que se incluyen: cereales, oleaginosos, productos ganaderos o agrícolas, frutos del país, reconocimiento de deudas comerciales, mutuos comerciales, entre otros.

Eliminación de exenciones en Neuquén: en 2014 se eliminó la exención aplicable a la actividad envasado, empaque, conservación o elaboración industrial de productos fruti-hortícolas. A su vez, en 2013 se eliminaron exenciones y pasaron a pagar 3% actividades como: reparación de calzado y artículos de marroquinería; reparación de artículos eléctricos de uso doméstico; servicios de enseñanza particular, artesanado, ebanista, jardinería, trabajos personales de reparación del hogar.

Eliminación de exenciones en Mendoza: este año se eliminó la exención en Ingresos Brutos para el transporte de vino envasado en origen.

Nuevas tipificaciones de multas en Córdoba: las multas por omisión en las presentaciones de declaraciones juradas en esa provincia crecieron 150% este año, y se incorporó a su vez una nueva tipificación de multa formal, que es la resistencia pasiva a la fiscalización, con una sanción que se gradúa entre $300 y $10.000.
Incremento en el impuesto automotor de todo el país: buena parte de las provincias y municipios incrementaron el impuesto automotor por encima de la inflación, afectando a las empresas que modernizan su flota. También se redujeron las bonificaciones.

Más presión para extraterritoriales: una tendencia en 2014 es el aumento de alícuotas para los contribuyentes extraterritoriales. La mayoría de las provincias comenzaron a gravarlos con una tasa de IB mayor. En Entre Ríos, por ejemplo, los contribuyentes que desarrollen actividades industriales fuera de la provincia desde este año pagan 5% cuando antes pagaban 3,5%. Mientras que en el caso del comercio, la tasa para extraterritoriales subió de 4,5% a 5%. O en la Provincia de Buenos Aires, para poner otro ejemplo, cuando la actividad industrial se desarrolle en un establecimiento fuera de la jurisdicción, la tasa se incrementa a 4%, y el comercio sube a 5%.

Subas discriminadas en Mendoza: en 2013 aumentó de 4% a 6% la tasa de producción y embotellado de aguas naturales y minerales, que si bien mantienen la alícuota de 4,0% cuando los ingresos obtenidos en el período fiscal anterior no supere los $30 millones, la tasa sube a 6% superando ese umbral. A su vez, en 2014 se eliminó el beneficio de reducción de 50% en la alícuota para un conjunto de actividades como: fabricación de soda, u servicios de reparación de maquinarias y motores de todo tipo.

Eliminación de beneficios: en Santa Fe, se redujo de 10% a 9% la bonificación por pago anticipado de IB; en Río Negro la bonificación por pago a término de IB bajó del 30% al 10% tanto para el comercio como para la industria; y en Chubut, en 2010 se eliminó el descuento de 30% por pago puntual.

Aumentos en los mínimos por encima de la inflación: en Santa Fe, entre 2011 y 2014 los mínimos de IB provincial subieron 166% en la industria y 220% en el comercio en las categorías más bajas, en todos los casos por encima de la inflación acumulada a ese periodo.

Subas descontroladas en las tasas Municipales: más tasas y nuevos tributos

Un ámbito con cierto descontrol en los ajustes de tasas y la incorporación de nuevos gravámenes, es el municipal. En cada uno de los 100 municipios relevados se detectó un promedio de 20 tasas diferentes. En cuanto a las tasas por inspección, seguridad e higiene que gravan las ventas al comercio, la mitad de las ciudades relevadas aumentaron las alícuotas en los últimos 4 años. Una nueva modalidad, en algunas localidades, es la incorporación de una tasa de IB municipal que se superpone a la provincial.

Los municipios de la Argentina financian la mayor parte de sus gastos con los ingresos coparticipados que reciben de los niveles superiores de gobierno (provincias y municipios) y en menor medida, con ingresos propios.

En 2013, aproximadamente un 36% de los ingresos totales de las ciudades del país, fueron propios (tributarios y no tributarios). Pero la participación de los ingresos propios sobre los ingresos totales municipales ha ido aumentando en los últimos años, ya que frente a necesidades de financiamiento, muchas comunas han incrementado tasas y aplicado nuevos tipos de gravámenes.

De las 100 ciudades relevadas, se desprende que:

  • En la mitad de ellas se informó que entre 2010 y 2014 se incrementaron las tasas que gravan al comercio y a la industria.
  • Esos aumentos se profundizaron en los últimos dos años, frente a las mayores dificultades financieras.
  • Por lo menos 35 ciudades incorporaron nuevas tasas, contribuciones o adicionales en ese período.
  • Una sorpresa es que la variedad de tasas y tributos municipales es tan amplia, que se han detectado comunas con más de 30 gravámenes diferentes, dejando un promedio de 20 tasas distintas en cada ciudad.

Algunos casos destacados de incrementos directos en las tasas que gravan al comercio y la industria entre 2010 y 2014 fueron:

Quitilipi, en Chaco: subió de 0,3% a 0,4% la tasa de comercio e industria.
Carlos Paz, en Córdoba: subió de 0,7% a 0,9% la tasa de industria y comercio.
Rosario, en Santa Fe: subió de 0,65% a 0,683% la tasa de Registro e Inspección.
General Mosconi, en Salta: subió de 0,5% a 0,75% la tasa sobre el comercio.
Zárate, Buenos Aires: subió de 0,4% a 0,5% en 2013 la tasa de Seguridad e Higiene.

Hay municipios que fijan las tasas que gravan a la actividad económica como porcentaje de la alícuota del IB provincial. Eso se detectó sobre todo en la provincia de Santa Fe. De esa manera, cuando el impuesto provincial sube, también lo hace la alícuota municipal incrementando la presión sobre la empresa.

Algunos casos destacados son:

Reconquista, en Santa Fe: la tasa a la industria y el comercio equivale al 20% del Ingresos Bruto provincial. Como en 2010 la tasa de IB provincial subió de 3% a 3,6%, la tasa municipal sobre el comercio (Derecho de Registro e Inspección) se incrementó 50%, de 0,6% a 0,72%.

Humboldt y Villa Ocampo, en Santa Fe: cobran una tasa económica equivalente al 15% del IB provincial. Así, la tasa local subió de 0,45% a 0,54%.

Calchaquí, Santa Fe: paga 10% de IB con lo cual, la tasa de Derecho de Registro e Inspección subió 20%, de 0,3% a 0,36%

En las 100 ciudades relevadas se detectó un promedio de 20 tasas o contribuciones diferentes en cada una. Por eso, las subas de impuestos en las ciudades del país se presenta en múltiples formas, y en mayor o menor magnitud, casi todas impactan sobre las PyMES.

Algunas de las particularidades de incrementos de impuestos observadas son:

En Almafuerte, Córdoba: en 2014 se aplicó un ítem diferenciado a la Tasa de Inspección General e Higiene que equivale al 20% del básico a tributar y su destino es conformar un fondo para financiar diversas obras.

En Reconquista, Santa Fe: a partir de 2013 se incorporó la Tasa de Publicidad y Propaganda que hasta ese momento no se cobraba, con un monto de $1000 el ml. Con la incorporación de Reconquista, actualmente son muy pocas las ciudades del país que no cobran ese impuesto. En las 100 ciudades relevadas, sólo tres de ellas no lo aplican. La medida en Reconquista genera un costo excesivo para las empresas que tienen marquesinas y carteles importantes.

En la Rioja capital, el Concejo Deliberante creó este año la Tasa Vial Municipal a través de la ordenanza 5.124 para financiar obras de pavimentación, reasfaltado, conservación y mantenimiento de la red de la ciudad. Supuestamente los fondos recaudados tendrán una asignación específica y para ello se introdujo una tasa de 1,5% para el gasoil y GNC; de 2,5% para la nafta Super y gasoil Euro; y 3% para la nafta Premium. La norma, que ha generado un fuerte rechazo de las empresas y cámaras locales, aún tiene que ser reglamentada por el Ejecutivo.

En Puerto Madryn, Chubut: se puso en vigencia en 2013 la tasa por publicar en la vía pública. Además, la ciudad incorporó una tasa de IB de 2,5% que se suma a la que cobra la provincia.

En Río Grande, Tierra del Fuego: se puso en vigencia en 2013 una tasa de cartelería (antes no se abonaba publicidad y propaganda) y se está reformando habilitaciones comerciales e inspecciones para entrar en vigencia este año.

En Humboldt, Santa Fe: hasta 2013, si se pagaba en término la tasa municipal, se podía aplicar un 10% al pago del IB provincial pero desde ese año ese porcentaje bajó a 9%.

En Vicente López, Buenos Aires: se quitó el beneficio de 20% a los contribuyentes que abonan sus tasas a término.

En Avellaneda, Santa fe: los mínimos de la Tasa de Registro e Inspección subieron 300% desde 2010, muy por encima de la inflación acumulada en ese período.

Presión, excesos, y desorden 

  • La carga tributaria efectiva que se aplica a las pequeñas y medianas empresas viene creciendo peligrosamente en todos los niveles de gobierno, nacional, provincial y municipal. El estudio realizado abarcó sólo 2010-2014, pero los incrementos agresivos se iniciaron a partir de 2007-2008.
  • Las transferencias de recursos desde el sector privado en general, y desde las PyMES en particular, al sector público es inédita. En los últimos 14 años, la presión fiscal aplicada conjuntamente entre Nación, Provincias y Municipios se duplicó.
  • Actualmente una industria o comercio que cumple con todas sus obligaciones fiscales puede llegar a pagar al fisco más del 60% de su margen bruto en concepto de impuestos, tasas y contribuciones de todo tipo.
  • Uno de los impuestos más distorsivos es Ingresos Brutos y, paradójicamente, es por donde más aumentó la presión sobre la PyME. El IB es un impuesto ineficiente desde el punto de vista económico, porque grava todas las fases de la producción y comercialización de un bien. Esa acumulación de cargas eleva fuertemente el precio de venta final de los productos, y reduce la rentabilidad de la empresa, que en el caso de las PyMES se traduce automáticamente en menos inflación.
  • La situación con el IB se complica en los períodos recesivos como el actual, porque grava ventas brutas independientemente de lo que sucede con la ganancia de la empresa.
  • En la Argentina, cada provincia y cada municipio tienen regímenes fiscales con características propias y cada uno tiene la posibilidad de introducir tasas. Eso genera un desorden importante, con impuestos que se superponen unos con otros, y donde a menudo empresas de otras jurisdicciones deben pagar dos veces el mismo impuesto.
  • Ese desorden se acentuó en los últimos años por las subas constantes, arbitrarias y de todo tipo y magnitud en las tasas y contribuciones municipales y provinciales.
  • Cada impuestazo que se aplica en Argentina, en cualquier nivel de gobierno, castiga al empresario que se moderniza, al que amplía su capacidad de producción y al que invierte.
  • El sistema tributario no puede seguir priorizando recaudar recursos por sobre los objetivos de eficiencia y equidad, sacrificando competitividad y rentabilidad en las PyMES. Porque el resultado de eso, tal como se está observando en el país, es menos inversión, menos crecimiento, menos empresas y menos empleo.

Buenos Aires, 25 de agosto de 2014

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